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El país de la "Ayudaita": Venezuela.

  • Foto del escritor: Kelly Skeyf
    Kelly Skeyf
  • 28 dic 2023
  • 3 Min. de lectura

De la Venezuela que recuerdo, me gusta creer que aún queda algo de aquello "tan bueno" que no valoras porque crees que es el común denominador en todo el mundo y resulta que es un activo invaluable que escasea a nivel mundial.


Recuerdo por allá por los 90's y principios del año 2000, cuando la gente era súper educada y amable, sin conocerte te saludaban al ingresar a un ascensor o a una unidad de transporte público, las personas se ayudaban entre sí, siempre era común oír: Ay! Esa señora lleva muchas bolsas ayudemosla! (Yo fui ayudada muchas veces con mis bolsas de mercado) o en el transporte público era así tipo: Señora o señor siéntese acá que usted es una persona mayor (De hecho no había necesidad de demarcar puestos especiales para ellos porque siempre sabíamos que debíamos otorgar algún asiento para que nuestros adultos mayores fueran cómodos).


Recuerdo que los mayores de 60 años o más no debían pagar pasajes, y los estudiantes pagabamos solo un porcentaje del mismo, lo cual nos ayudaba a movilizarnos y ayudaba a los más necesitados y aún así los transportistas podían vivir. Caminábamos en la calle sin tener miedo a que nos robaran, las calles estaban iluminadas y siempre llenas de vidas, música y negocios a los cuales podías acceder a las 7pm o altas horas de la noche.


Si te pasaba algo tu sabías que en los hospitales te atendían bien (considero que tenemos a los mejores especialistas de latino américa por no decir del mundo) te daban todos tus insumos, alimentos, medicinas y hasta te ibas con un abrazo del médico y el cariño inigualable de las enfermeras, éramos un país alegre, más saludable que la club social, chacharacheros, amables y siempre sacando un chiste de todo y eso si ayudando como decía Miguel Ángel Landa: Haz el bien y no mires a quien.


Pero es triste saber que tantas cosas buenas se fueron perdiendo porque perdimos el enfoque, el camino y al parecer hasta los valores, ahora no sabes que es más seguro que te robe un malandro o un "policía" cuando se supone que ellos están para proteger al pueblo ¿Qué hacen pidiendo plata (matraqueando) a la gente que trabaja? ¿Por qué en vez de aplicar la justicia a los malos les piden plata y con eso todo queda solucionado y olvidado? ¿En qué momento la misión de vida de los funcionarios públicos se volvió hacer dinero a costa de los demás y no hacer su trabajo de velar por el bienestar común?


Antes si nuestras mamás o abuelas querían les decían a uno como: Mira vamos a llevarle un refresco al señor de tránsito que me ayudó a empujar el carro, o al policía que lleva todo el día allí de pie, era algo innato que nos salía del pecho, por sus labores increíbles, pero ahora el trabajo de ellos se ha convertido en hacernos ver qué es una obligación darles plata para que así nos den una "Ayudaita" ante las arbitrariedades de sus "labores" y sus frases pasaron de ser: Señor en qué le puedo servir? A: Nosotros somos 3 tu decides si nos das el dinero que te estamos pidiendo o te metemos preso y vas a fiscalía y si a nosotros nos da la gana de ahí no sales.


Pero... Mi asombro llegó al ver que quienes eran los héroes de uno cuando niño y que casi todos decimos cuando tenemos 6 años: De grande quiero ser bombero!... Cómo unas personas que se forman para servir, para ayudar, para arriesgar sus vidas por los demás te dicen también: Nosotros somos 4, no nos gusta poner monto pero danos algo para no llevar tu reporte a los entes encargados.


Mi país no tiene solución, no porque estemos gobernados por la izquierda, si no también porque desde que inició la izquierda se encargaron de sembrar en el pueblo un país de conformistas, de mente precaria donde la escasez de dinero y valores los han llevado a sacar la peor parte del ser humano, en el cual los valores pasaron a ser desconocidos para dar paso a un pueblo sin educación.


Sin embargo estiendo mi orgullo y felicitaciones a aquel funcionario público que trabaja para servir sin pedir nada a cambio, a aquella maestra y maestro que se esfuerza para que los niños y niñas recuerden los modales y las buenas costumbres, felicito al vecino alegre que ayuda, al que saluda en el autobus, a la doctora que te mira cuando hablas y te da la mano al ingresar o un beso que te ayuda a bajar los nervios, felicito al comerciante que trata de sobrevivir trabajando honestamente y no pidiendo una "Ayudaita" a los más humildes.


Ojalá algún día dejemos de decir: Cuánto hay pa' eso? Y digamos: Entre todos hagamos que las cosas funcionen bien para ayudarnos unos a otros.

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