¿Por qué las mujeres limpiamos cuando estamos estresadas?

Limpiar las energías es crucial para mantener un equilibrio emocional, mental y espiritual. Ayuda a eliminar las energías negativas acumuladas en el ambiente y en nosotros mismos, promoviendo así la armonía y el bienestar. Al liberar las energías estancadas, podemos sentirnos más ligeros, claros y conectados con nosotros mismos y nuestro entorno.

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En una época hostil, exactamente hace ocho años estábamos atravesando por un momento el cual no le deseo a nadie, nos encontrábamos en las horas decisivas donde íbamos a saber si volveríamos a ver a mi hermana o si por el contrario podían pasar cosas peores, entre tanto estrés, tanta incertidumbre y tanto miedo que abrumaba nuestro hogar, era evidente las energías acumuladas de tantas personas que nos encontrábamos en una especie de vigilia desde hacía ya unos días sin dormir, sin alimentarnos bien y con nuestra vida diaria paralizada.

De repente, aunque yo no sabía qué hora era, para mí todas las horas fueron iguales de eternas, pero recuerdo que era de noche, subo a la cocina de la casa y veo a mi mamá, lavando los platos, sí, lavando los platos, asombrada de verla haciendo algo que en realidad para mí no era importante en ese momento (la limpieza del hogar) le digo:

- ¿Que estás haciendo? ¡Deja eso así, baja a descansar!

A lo que ella me responde:

-Necesito hacer esto, déjame hacerlo, tengo que lavar los platos para no pensar.

Yo no entendía el significado de sus palabras: "Necesito hacer esto", aún cuando en mi mente había algo más importantes en qué pensar que ver la loza limpia, pero ésta no era la primera vez que mi mamá lo hacía, cuando estaba en las horas previas al parto de uno de mis hermanos cuentan que se puzo a hacer desayuno, a arreglar la cocina, aún cuando se paralizaba por minutos de las contracciones que le daban.

Ya, un poco más madura en la vida adulta, y en la cual no faltan los problemas de la vida grande, he logrado entender que si nuestro espacio fisico, llámese hogar, llámese sitio de trabajo, de estudio o espacio donde nos sentamos a crear no está organizado, esto va directamente relacionado a nuestro espacio mental, a cómo nos sentimos o al orden y limpieza de nuestros pensamientos.

Muchas veces, y hablo de las mujeres, no porque sean las únicas que deben hacer limpieza, si no porque genéticamente y culturalmente llevamos una carga emocional superior a la de los hombres, las mujeres nos encontramos abarrotadas de pensamientos basuras, de situaciones tristes, de cargas familiares o personales, y empezamos a descuidar nuestro entorno, la habitación puede encontrarse llena de ropa y cama desatendida, la cocina llena de loza sin lavar, la mesa del comedor llena de objetos inservibles y de repente nos damos cuenta que así como está nuestro espacio físico así está nuestra mente y no logramos organizar nuestros pensamientos.

Otras veces, me he contado preocupada por situaciones que no le veo una salida próxima y favorable, y mi mejor opción para distraerme de ese problema cuya solución no está en mis manos en ese momento es mover los objetos de mi casa, cambiar la ubicación del sofá, de mi cama y de otros espacios que me permitan ver las cosas con otra perspectiva o sentirme en un lugar diferente a como estaban antes, y allí entendí las palabras: Necesito hacer esto , claro el limpiar así como hacer cualquier otra actividad te ayuda a pensar, a tener esa sensación de hacer algo por ordenar no solo tu hogar si no tu mente.

No desestimen el efecto de limpiar y organizar nuestros espacios, el ruido visual puede hablar de una parte de nosotros, el desorden puede hacernos inferir a como una persona se siente, que quizás no es solo que se siente mal, si no que está distraída en otros aspectos de su vida, organizar nuestros espacios ya sea con música a todo volumen, o modo meditación, o con olores agradables nos ayuda a sentir que las cosas se están moviendo y nos hacen sentir ligeros.

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