TE VAS...Y AUNQUE REGRESES NO ERES LA MISMA.

¿Te pasa que tienes que poner pausa a la rutina antes de que la rutina te mate a ti?

Estaba al borde de la locura (la verdad todavía lo estoy) pero al menos fui a recolectar y crear experiencias nuevas, fui a sitios donde jamás había estado, me regalé momentos lindos, divertidos y no tan bonitos, donde me caí y me levanté.

El primer lugar que visité fue para conocer una ciudad donde pueda empezar a escribir un nuevo libro, se llama Medellin - Antioquia (Colombia) la misión era dormir por primera vez en un hostal para tener algo nuevo que contar, sentir el clima de lo que llaman ~la eterna primavera~ y pasar de ver los días de tono gris a tono de color, conocí a gente de otros países, me cruce con almas increíbles que me guiaron, y la vista de los paisajes me dejaban con una sola palabra que decir: Gracias! Cuando conoces culturas diferentes, creencias diferentes, paisajes diferentes: empiezas a respetar a cada humano y cada partícula de la naturaleza desde el centro de tu corazón, los juicios se desmoronan y la mente rompe sus barreras. La misión fue cumplida, espero que los caminos se abran para volver pronto, aquí aprendí que no todos somos para todo, hay cosas que con la practica se convierten en tu estilo de vida.

El segundo lugar que visité fue para recolectar una historia una ciudad donde mis inicios y mi niñez tienen un lugar muy especial en cada una de sus calles, pues allí nacieron mis padres, se llama Barranquilla - Atlántico (Colombia) y fui en búsqueda de esa historia que decía a lo mejor si hubiera conocido esta parte del cuento, yo no hubiera creado mi cuento, pero como dicen en la cultura japonesa e hindú el ~hubiera~ no existe. Aquí estuve con mi familia, me llené de energía de ese amor de tías y primos, de su sazón, de su comida, de un calor que mi cuerpo no soporta y de momentos bonitos. Aquí aprendí que muchos de nosotros, quizás los mas sensoriales, aprendemos por cabeza propia y no por lo que nos adviertan los demás, que las personas seguimos muchos patrones de comportamiento que hacen que nos etiqueten, que las etiquetas no son malas y que conocer la historia de las cosas, y de las personas sobre todo, me emociona, me enseña, me cuestiona.

El tercer lugar que visité (Insisto el 3 es el número perfecto) la misión era volver a sentir el mar, perdonarme y perdonar, soltar el juicio que tenia hacia mí, en parte por las personas de mi entorno, agradecer el haber regresado a ese lugar luego de 5 años y luego de muchas horas de viaje por carretera, nuevamente el calor me tenia a reventar, pero al menos aquí si puedes estar casi desnuda (en traje de baño), y desnudando mi alma, pude conversar con Dios y con el mar, pude recibir consejo de una persona sabia, pude sentir el calor de familia otra vez, y desee que todos tengamos el mar cerquita para que en cada ola se lleve todas aquellas energías que no nos hacen bien.

Durante mi viaje tuve un amigo virtual que me acompañó en cada momento, me hizo las largas horas de carretera agradables, me hizo sentir que estaba preocupado por mi, me alegro muchos momentos en los cuales te sientes sola... y me hizo entender que mi lugar es vivir des-complicada-mente, que prefiero pasar 18 horas viendo el mundo pasar mientras mi mente viaja antes que montarme en un avión, que necesito encontrar algo que una viajar, conocer, aprender y conectar con mi pasión y mi vocación para encontrar mi propósito, y descubrí que no hay tiempo, ni caminos para hallarlo, cada quien lo vive y busca a su manera.

Solo quiero dejarte saber que tienes que moverte, que tienes que buscar, que tienes que recolectar momentos, guardar experiencias, hacer todo intensamente, por ti, ya que nadie más lo hará, aunque también se que es bonito tener raíces, pero siempre en el lugar donde te sientas a plenitud... porque no creo que haya mucho tiempo.

Fin.