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Respuesta a Las mujeres que aman demasiado.

  • Foto del escritor: Kelly Skeyf
    Kelly Skeyf
  • 13 dic 2022
  • 5 Min. de lectura

Yo pensaba que era perfecta "en mi modo de amar" hasta que leí el libro Las mujeres que aman demasiado el cual agudizó mi visión distorsionada de lo que creía estaba bien para mí.


El libro inicia con muchas historias de mujeres que tienen un mismo patrón en sus relaciones, y las mías fueron así:


Al novio 1, en las primeras citas dijo: No tengo dinero para comer en Mcdonald's, yo pensé: Dios mío todos vamos a comer y él no, y le dije: No te preocupes yo pago, desde ese momento me convertí en una especie de "madre protectora" velaba porque siempre tuviera, siempre fuera, le decía que estudiara, me encargué de solucionarle sus problemas para que él dependiera de mí (sin saber que eso quería hasta hoy) para que él sintiera que yo era la mujer adecuada en su vida,que quería lo mejor para él y que mi preocupación era tan grande hacia él que era capaz de hacer lo que sea por seguir con él. En esta relación pensé que el amor todo lo podía pero por Miles de razones él terminó conmigo.


Al novio 2, era del tipo de hombre que lo ves de lejos y dices: Es un súper hombre, super macho, que me va a proteger, que se la va a jugar por mí, que ama a su madre y que tiene unos aires de misterioso e interesante que algo (que no sabía que era) me incitaba a meterme en esa relación oscura; en la primera discusión se bajó del carro a mitad de la calle, y yo solo anduve dos cuadras me sentí muy culpable por lo sucedido, me dije: no estás viendo las cosas como son, él está molesto, pobrecito, lo hice enojar, y me devolví a buscarlo, de allí en adelante, todo se convirtió en peleas, discusiones dónde yo era "la culpable", si se molestaba yo debía hacer algo para solucionarlo, alegrarlo o complacerlo, no bastaba con pedirle perdón, debía aguantarme su indiferencia, insultos y silencio durante muchos días, hasta que todo empeoró, mi nivel emocional se fue deteriorando a tal punto de sentirme loca, sin darme cuenta me alejé de mis amigas y tapaba la realidad diciendo: él es así, yo lo conocí con su mal humor, dentro de todo es buena persona, tuvo una historia difícil de niño, y me veía justificando sus actos de violencia psicológica hacia mí. En este punto entendí que el amor no lo puede todo, que el dinero y los proyectos son importantes.


Al novio 3, pensé que era diferente, vestía diferente, cultura diferente y al igual que el anterior su misterio, su silencio, su forma de ser me hacían pensar: necesita ayuda, a lo mejor yo con mi luz y mi manera de ser y de amar, puedo mostrarle que la vida es más bonita, que no tiene que pelear tanto, que el puede lograr muchas cosas, quizás sólo quizás necesita la mujer adecuada para salir adelante y tomar decisiones en su vida, me concentré en ayudarlo y si mi naturaleza es ser amable, ayudar, hacer cosas "bonitas" para tener tiempo de calidad, pues tuve que esforzarme el doble y el triple para que él me viera, para que me tomara en cuenta y supiera quién era yo y cuánto valía, sus emociones se conviertieron en mi termómetro emocional, si se molestaba me sentía culpable, me dejaba de hablar por días, se desaparecía, me dejaba llorando hasta más no poder, y si hablábamos y el no quería entenderme sencillamente no me entendía y recaía sobre mi toda la culpa de lo ocurrido, jugábamos a intercambiar papeles de víctima y victimario, cuando el quería hablar yo lo debía entender, cuando fingía que me entendía me prometía la luna, la tierra y hasta las estrellas, pero eso solo duraba días, porque volvíamos a la rutina de no entendernos, de no sincronizar y mi cuerpo y alma estaban cansados de que él no me viera mientras yo me desgastaba gritándole quien era yo y cuánto lo amaba. A este punto no solo el amor, el dinero y los proyectos son importantes, entendí que los valores, los sentimientos, los diálogos y la verdad deben existir de parte y parte.


Increíblemente, son patrones dónde yo pensé que estaba haciendo las cosas bien, donde la culpa era compartida, dónde las responsabilidades eran evadidas y yo me las tomaba a pecho, para luego sentirme frustrada, triste, sin valor alguno, ahora entiendo que me costaba irme de esas relaciones porque dependía emocionalmente de ellos, quería su atención, quería sentirme útil, quería preocuparme por alguien que no fuera yo, nos unía las heridas de niños no sanadas, estoy segura que los 4 sentimos el abandono, el miedo de que te dejen solo o sola, las ganas de tener la atención de alguien así sea para pelear, me gustaba la adrenalina de la incertidumbre de un día me aman y al otro no, volvía el acto de reconciliación y luego me dejaban caer nuevamente y cada vez era más duro el golpe.


Hoy por hoy, sigo en recuperación, entendiendo que mis padres hicieron lo mejor que pudieron conmigo, crecí en un mundo de desaprobación y quizás por eso estudio tanto para tener la aprobación de algo bueno en mi vida, estoy entendiendo que mi mayor proyecto soy yo, que quiero cambiar, entender que no soy quien para solucionar los problemas de los demás, que si un hombre no habla de sus emociones eso no lo hace interesante, lo hace problemático, que no puedo aguantar adicciones de los demás al trabajo, a las mujeres, a los problemas... Porque yo debo salir de mi adicción de amar demasiado.


Si bien seguiré sola el resto de mi vida, confío en que al menos cada día sigo haciendo lo mejor por mí, para crecer como ser humano. No puedo odiarlos, no puedo decir que los olvidé, mi naturaleza es que mientras yo viva doy lo mejor de mí para todos los seres que estuvieron en mi camino, agradezco cada recuerdo y trato de guardar la enseñanza de lo que no quiero ni debo seguir permitiendo en mi vida y me mostraron que de verdad valía mucho para ellos y que aunque me costó alejarme, porque luche para que todo fuera como yo lo idealizaba, entendí que no soy quien para hacerlos cambiar, que cada quien mejora porque quiere y cuando quiere.


Hay asincronidad en muchas cosas que nosotros queremos para siempre, el universo es misterioso y debemos respetar que si no coincidimos no podemos forzar a la vida, me costó tomar algunas decisiones pero fueron las mejores en mi vida y en ese momento. Me duele mucho ser PAS, sin embargo, se que algo bonito dejo en la vida de quienes se toman el trabajo de conocerme.


FIN.

 
 
 

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